Hemos visto en los últimos años muchas publicaciones sobre chatbots donde se han debatido diferentes perspectivas: la tecnológica, la de negocio y la de gestión. Todo este conocimiento acumulado permite a cualquier empresa o individuo desarrollar sus propios chatbots o contratar a alguien para que lo haga y seguidamente publicarlo en uno o varios de los canales habituales.
Para uso particular o para realizar una demo o una prueba piloto reducida, este modus operandi está bien, pero para uso productivo de un chatbot con muchos usuarios, mucho volumen o muchos contextos diferentes habrá que pensar en más temas.
Uno de estos temas es la privacidad y protección de los datos personales captados, gestionados y almacenados por el chatbot que regula la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos) y que pronto estará respaldado por la GDPR (General Data Protection Regulation) o RGPD (Regulación General Protección de Datos), la norma europea que regula la protección y privacidad.
la GDPR es la nueva regulación de la protección y privacidad de datos personales a nivel europeo que tiene en cuenta los avances tecnológicos y su penetración en las sociedades.
Recientemente la GDPR ha levantado mucho interés entre los profesionales, tanto de IT, como de Marketing y de RRHH por dos motivos principales:
La Comunidad Europea da con la GDPR una señal muy clara de la importancia que tiene el uso y la gestión adecuada de los datos personales para nuestra sociedad y define un marco claro a seguir por todos:
Los chatbots y la GDPR son resultados del mismo fenómeno que tiene su origen en la aceleración del ritmo de innovación que hemos presenciado en los últimos 40 años que ha creado Internet, smartphones, banda ancha, wifi, bluetooth, cosas conectadas, inteligencia artificial, sensorización, miniaturización, materiales inteligentes…
Se trata de la auténtica transformación digital que ha hecho del mundo un lugar muy distinto a lo que era antes. Dicho esto, no todo ha cambiado. Mientras que la tecnología evoluciona de forma exponencial, las leyes y las normas lo han hecho a un ritmo muy inferior. Esto ha provocado un desequilibrio entre lo que la tecnología permite hacer, lo que la ley había previsto y lo que se pretende regular con la GDPR.
Los chatbots utilizan algunos de estos elementos innovadores para crear un canal de comunicación directo, personalizado, disponible e integral a disposición de los usuarios de este canal, sean clientes o empleados.
La experiencia del usuario con el chatbot es similar a la experiencia con un operador humano. A la vez, el chatbot tiene unas capacidades específicas que el operador humano no tiene y algunas de ellas son desconocidos por el usuario final:
Para la GDPR el chatbot no es otra cosa que un programa informático cuya función es captar, procesar y almacenar datos personales. Por tanto, la GDPR persigue asegurar que el programa informático “chatbot” funcione acorde a ley en lo que corresponde a los datos personales.
Como buena práctica, empezamos con definir los objetivos que debe cubrir el chatbot compatible con la GDPR:
- Al usuario:
El reto del chatbot compatible con la GDPR es conseguir los objetivos marcados manteniendo la usabilidad y característica del canal y esquivando las limitaciones que puede tener la plataforma tecnológica utilizada:
En resumen, un chatbot que consigue los objetivos indicados y que sigue las pautas definidas debe superar todas las pruebas conocidas por la AEPD y puede servir como ejemplo para preparar todos los demás sistemas con el fin de simplifica la gestión operativa del cumplimiento de la GDPR.
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