La formación es una herramienta indispensable para mejorar la eficiencia y la efectividad laboral de los miembros de toda compañía. Más allá de ver un aumento en la productividad, la motivación y el sentido de pertenencia. Sin embargo, normalmente, los empleados ven a la formación como una obligación y no como un beneficio para mejorar sus objetivos en la compañía. En este artículo, veremos la importancia de la personalización de la formación vinculada a las necesidades de negocio.
Hermann Ebbinghaus fue uno de los primeros psicólogos en analizar la memoria humana. En 1885, comenzó un experimento consigo mismo que llevó a cabo durante 22 años para analizar y conocer en profundidad la curva del olvido de la memoria, concepto que, posteriormente, continuó siendo estudiado por más científicos.
Con el experimento, Ebbinghaus memorizó una serie de sílabas sin sentido por repetición. Tras pasar un tiempo, y para medir su recuperación memorística, descubrió que solo era capaz de recordar:
Entender cómo funciona la curva del olvido nos ayudará a entender, consecuentemente, de qué manera podemos ofrecer formación al personal que perdure en el tiempo y tenga un impacto en tanto en sus capacidades como en su rendimiento empresarial.
Formar al personal de una compañía debe considerarse siempre como una inversión, puesto que, si se otorga la formación adecuada, esta traerá recompensas y resultados positivos tanto a corto como a largo plazo, como puede ser la simplificación de la ejecución de tareas o un incremento de la eficiencia y productividad de los grupos de trabajo.
Las ventajas que vemos cuando se ofrece formación adaptada a las necesidades de las personas y a los objetivos de negocio son:
Se definen y priorizan los ámbitos sobre los que los empleados deben realizar formación:
Por cada empleado se realiza:
A través un asistente personal se establece el diálogo con el empleado para proponerles los ámbitos de mejora que necesita de forma personalizada:
En base a las sugerencias ofrecidas por el asistente personal y seleccionadas por el usuario, se asignan microformaciones que permiten la formación en los ámbitos clave de la organización.
Además, el asistente personal registra todas las acciones propuestas a cada empleado que permiten posteriormente analizar el impacto de las formaciones realizadas.
Gracias a la formación personalizada, se puede conseguir que el empleado vea los beneficios de la formación y que incluso acceda al asistente de formación para solicitar más formaciones en áreas de mejora y sea más proactivo en su desarrollo. Esto, consecuentemente, impactará en la adquisición de conocimientos y en su aplicación a lo largo del tiempo, lo que, a su vez, facilitará el cumplimiento de objetivos y KPIs tanto a nivel del empleado como de equipo y corporativo. Además, como el empleado recibe formación constante, se encuentra en un proceso constante que combate la curva del olvido para así evitar olvidar las formaciones ya realizadas.
De esta forma, los usuarios obtienen un “itinerario personalizado” de formaciones que se van asignando de forma periódica según sus conocimientos y objetivos en ese momento.
La formación personalizada permite focalizar los esfuerzos invertidos en formación generando impacto en la compañía. Así, se cumplirá el objetivo de la empresa ofreciendo formaciones que resulten en una inversión exitosa a corto, mediano y largo plazo.
En Enzyme contamos con un equipo de expertos en creación de asistentes para la detección de áreas de mejora y formaciones adaptadas a las necesidades de cada empleado. Contáctanos para conocer más sobre nuestra propuesta.
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