El fútbol es, sin duda alguna, uno de los deportes más vistos y con más seguidores a lo largo y ancho de todo el mundo. Por esta razón, la llegada de nuevas tecnologías al campo de juego en el último tiempo ha generado innumerables debates y cuestionamientos que, al momento, hacen que la relación entre el deporte y la tecnología tenga, sea, por lo menos, controversial.
En este artículo, analizaremos la introducción de tecnologías de inteligencia artificial al fútbol, como es el caso de SAOT, la tecnología que volvió posible herramientas de asistencia al arbitraje como el VAR: ¿cuál es su impacto en el juego?, ¿llegó para quedarse?, ¿por qué es necesaria la inserción de la tecnología a un deporte que la ha rechazado por tanto tiempo?, ¿qué podemos esperar a futuro?
El Mundial de Fútbol es uno de los eventos más populares y aclamados del mundo del deporte. Y, aunque la inteligencia artificial ya venía pronosticando quiénes podrían ser los campeones, MVP y otras muchas situaciones de la competencia, todavía no conseguía incorporarse a un deporte tradicional, en el que la tecnología no llegaba a ser bien vista por muchos aficionados y participantes para asistir en la toma de decisiones.
Pero, hoy en día, los últimos avances en innovación han conseguido llevar la tecnología más allá de los datos estadísticos con sistemas de ayuda a uno de los puntos más frágiles de este deporte: las decisiones arbitrales. La primicia de la inserción de la IA en el fútbol nace con la idea de mejorar y asegurar ciertas decisiones arbitrales. Como hemos podido comprobar en el Mundial, el fuera de juego semiautomático (SAOT) ya ha sido implantado en este evento, una de las partes más complejas, criticada y cuestionada hasta el momento, como fue en el caso del partido más renombrado por esta tecnología de todo el Mundial: Argentina versus Arabia Saudita.
La FIFA, dentro de su constante evolución y el contexto tecnológico que nos rodea, buscó ofrecer un nuevo sistema basado en la inteligencia artificial: el fuera de juego semiautomático, un proyecto que se ha ido ensayando y mejorando durante 3 años con numerosas pruebas, y del que se obtuvieron las primeras impresiones durante la Copa Árabe de la FIFA 2021™ y la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2021™. Los resultados fueron muy favorables, y por ello se ha implementado en la Copa Mundial de Fútbol 2022.
El sistema, certificado por la FIFA, cuenta con 12 cámaras especializadas y hasta 29 puntos corporales de cada jugador, 50 veces por segundo, para calcular sus posiciones exactas sobre el terreno de juego. Por otro lado, tenemos un balón que cuenta con un chip inteligente, diseñado por la empresa KINEXON, que pesa tan solo 14 gramos. Este, a su vez, cuenta con dos sensores capaces de ofrecer datos muy precisos del movimiento del balón en el espacio, así como de la posición del balón, a través del sensor de ultrabanda ancha UWB. ¿Quién pensaría, hace unos años, en conectar un balón para su carga antes del partido?
Ahora, con este sistema de videoarbitraje (VAR) y la llegada de los balones inteligentes para la detección automática de goles, se han eliminado algunos de los términos populares del deporte rey como los “goles fantasmas”, así como disminuido los errores arbitrales.
Con los datos recopilados con los sensores y tecnologías acerca del movimiento de las extremidades de los jugadores y de la pelota, el sistema puede trazar automáticamente la línea del fuera de juego y corroborar si, efectivamente se ha cometido una infracción, enviando el aviso al VAR de que un atacante se encontraba en posición antirreglamentaria al momento de jugar el balón. Pero, entonces, ¿por qué es una herramienta semiautomática? Porque, luego, el equipo arbitral de video revisará y corroborará la línea trazada en el momento del golpeo del balón, para dar al árbitro de campo una respuesta en el mínimo tiempo posible, confirmando o no la posible infracción cometida.
Una vez que el árbitro principal confirma la decisión, los mismos datos de posición usados para determinar la infracción generan una animación en tres dimensiones que detalla, a la perfección, la posición de las diferentes partes del cuerpo del jugador en el instante exacto de contacto con el balón. Esta animación, que muestra una posición antirreglamentaria desde los mejores ángulos, se retransmite en los videomarcadores y se distribuye a los socios de emisión para informar a todos los espectadores de la manera más clara y transparente posible.
Velocidad, direcciones, alturas y efectos: todo eso puede ser capturado a través de las cámaras y sensores cuando se rastrea el destino de un tiro libre, un penal o los pases de un partido. Además, esas métricas, incluso, se pueden utilizar para medir la evolución de los jugadores.
La pregunta de si la tecnología del fuera de juego semiautomático terminará por sustituir a los árbitros humanos está presente en todos los debates deporte-tecnología. Sin embargo, así como en las empresas, las nuevas tecnologías parecen haber llegado al universo del fútbol para quedarse, por lo que, tal vez, la pregunta no debería enfocarse a si los sustituirán, sino en cómo se pueden potenciar las capacidades de ambos recursos.
En este sentido, podemos tomar al fútbol como una analogía con el ámbito corporativo: más temprano que tarde, todas las empresas que quieran mantenerse activas y seguir creciendo deberán comenzar a adoptar una o varias tecnologías que permitan mejorar sus operaciones y resultados. A pesar de rechazarla en un primer momento, las empresas más escépticas a la transformación digital, finalmente, como el fútbol, deberán aceptar sus increíbles beneficios en un mundo que no hace más que implementar la tecnología en todos sus ámbitos posibles.
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