Hablar sobre el metaverso, para muchos, es hablar del futuro, pero esto no es así: está mucho más cerca de nuestra realidad de lo que solemos creer.
Los mundos virtuales no son nada nuevo, y hoy en día los encontramos en gran cantidad, sobre todo en el sector de los videojuegos, donde, a través de un personaje o avatar, vives una vida virtual. Sin embargo, el metaverso no busca ser un mundo de fantasía, sino una realidad alternativa en la que se podría hacer exactamente lo mismo que en la vida real.
En este artículo, conoceremos un poco más acerca de los mundos virtuales: qué son, cuáles son sus ventajas o beneficios, qué metaversos existen hoy en día y cuáles son las apuestas a futuro.
También llamado “mundo virtual”, el metaverso es un ecosistema digital y tridimensional, donde los usuarios pueden interactuar entre ellos realizando diferentes acciones como trabajar, estudiar o realizar transacciones económicas, entre un sinfín de posibilidades.
Aunque hoy en día se esté hablando del concepto de metaverso como uno, no existe un único metaverso. Ya son muchas las empresas que han apostado a este ecosistema digital y otras que todavía lo están desarrollando.
La clave de un metaverso es que pueda ser totalmente inmersivo, contando no solo con unas gafas de realidad virtual, sino también con sensores que registren los movimientos físicos de las personas para que el avatar, dentro de ese metaverso, haga exactamente lo mismo.
El término metaverso se utilizó por primera vez en 1992 en la novela de ciencia ficción Snow Crash, que consiste en el prefijo «meta» (que significa más allá) y la raíz de la palabra “verso” (que significa universo).
El concepto de metaverso ha evolucionado, y son numerosas las empresas que ya han apostado por él y tienen uno propio o en desarrollo. Hablemos, entonces, de los diferentes metaversos que existen en la actualidad, los beneficios que nos ofrecen y cómo acceder a ellos:
Este metaverso consiste en un ecosistema basado en la red Ethereum, donde se puede crear, compartir y monetizar activos y juegos. Su autoridad yace en partnerships con marcas reconocidas a nivel internacional como Adidas o Atari, y también posee un token propio llamado SAND. En los últimos meses, los terrenos en Sandbox se han vendido por cientos de miles de euros, siendo la localización, la mayoría de las veces, el factor determinante para los precios más elevados.
Decentraland, también perteneciente a la red de blockchain Ethereum, es un mundo de realidad virtual 3D, y tiene la característica de ser descentralizado. Fue creado inicialmente en 2015 por amigos de ideas afines, se lanzó por primera vez al público en febrero de 2020, y está supervisado por la fundación Decentraland. El objetivo de este metaverso es «luchar» contra los juegos de realidad virtual centralizados. También posee su propio token, MANA, y, durante el último año, ha afianzado su posición de liderazgo en la industria de los metaversos organizando eventos como el Decentraland Fashion Week.
Meta, el mundo virtual de Mark Zuckerberg, es la apuesta y el gran foco del gigante de California en los próximos años, donde se van a invertir la gran parte de sus recursos y dinero. Aún hay muchos interrogantes acerca de este proyecto, pero, en la web oficial, nos dan ciertas pistas sobre su futuro:
“El metaverso es la próxima evolución de la conexión social. La visión de nuestra empresa es ayudar a dar vida al metaverso, por lo que estamos cambiando nuestro nombre para reflejar nuestro compromiso con este futuro. Los espacios 3D en el metaverso te permitirán socializar, aprender, colaborar y jugar de maneras que van más allá de lo que podemos imaginar”.
Somnium Space es un metaverso más específico, lo que se conoce como “de nicho”, basado en blockchain centrado en VR (Realidad Virtual). Fue fundado por Artur Sychov en 2017 con una visión audaz de establecer una economía permanente y una moneda virtual para el mundo. En la actualidad, Somnium Space es un metaverso de realidad virtual descentralizado y de código abierto que sus usuarios moldean por completo.
Se puede ingresar a cualquier metaverso utilizando una serie de dispositivos inmersivos, como gafas de realidad virtual y otros complementos que nos permitirán interactuar con el mundo y las otras personas que se encuentran en él.
Estos dispositivos pueden ser autónomos, o requerir de la conexión con un dispositivo como un ordenador de sobremesa o una consola de videojuegos.
No hay dudas de que el metaverso, al menos por ahora, ha llegado para quedarse. Cientos de compañías y usuarios están comenzando a interactuar con él y a descubrir, poco a poco, las características, ventajas y beneficios que puede aportar, aunque aún queda un largo camino por recorrer para que los mundos virtuales sean completamente aceptados por las personas.
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