La tecnología está omnipresente en nuestras vidas y esta tendencia no parece que vaya a recular. Pantallas interactivas como tablets o móviles, casas inteligentes, asistentes virtuales… el desarrollo tecnológico está destinado a mejorar nuestras vidas pero… ¿qué pasa en el sector educativo?
Este entorno también se ve asaltado por cambios y novedades en cuanto a tecnología se refiere. Veamos cómo las nuevas tecnologías en la educación pueden fomentar el aprendizaje y también sus consecuencias y desventajas.
La educación no permanece aislada del resto del mundo, así que es natural que los avances y desarrollos técnicos se adopten también en este ámbito. Las nuevas tecnologías en la educación suponen herramientas perfectamente válidas para conseguir el objetivo de aprendizaje. Como ya lo fue en el caso de la introducción de la imprenta en la producción de libros, por ejemplo, las nuevas tecnologías en educación son símbolo de avance.
No podemos vivir de espaldas a la evolución y el progreso de la sociedad, pero sí tenemos que estar atentos a preservar siempre las condiciones favorables para que el aprendizaje sea adecuado. En estas nuevas tecnologías en la educación podemos destacar:
En la era de la hiperconectividad, los recursos online son un tesoro fácilmente accesible para todos con tan solo un clic. Como contrapunto de ello, en la red encontramos materiales de calidades muy diferentes.
Desde un punto de vista educativo, la mejor combinación es la que une el hecho de preservar una figura que conduzca el aprendizaje con unos recursos accesibles de manera online.
En este sentido, plataformas como Moodle han supuesto una revolución en la manera de enseñar y de aprender. Hoy en día toda universidad, ya sea presencial o virtual, y muchos otros centros de estudio, se acogen al recurso en el que el alumno es el centro del aprendizaje y él mismo debe autogestionar. El hecho de poder acceder a material audiovisual y de otro tipo es una gran ventaja y facilidad.
¿Qué aplicación tiene la inteligencia artificial en el aula? La Inteligencia Artificial ya forma parte de nuestras vidas, aunque todavía resulta extraño en algunas ocasiones oír hablar de su aplicación en el sector educativo. Sin embargo, según diversos estudios entre el que destaca el publicado por la Universidad de Standford en el 2016, Artificial Intelligence and Life in 2030, la educación es el campo que más se podrá ver beneficiado y reforzado gracias al uso de los nuevos sistemas de inteligencia artificial y a su aplicación en la personalización de la enseñanza.
De este modo, viviremos el desarrollo de aplicaciones basadas en Inteligencia Artificial en las aulas, tanto de manera virtual como presencial. De acuerdo con el mismo estudio, la realidad virtual, los sistemas de autoaprendizaje online, la robótica educativa, la tutoría inteligente y la analítica aplicada a la educación formarán parte del día a día de la enseñanza en el 2030.
Aunque todavía se trata de una tecnología emergente, la realidad virtual se está abriendo paso en la educación. Por ello, no es extraño que el número de colegios y aulas que emplean esta tecnología esté aumentando en los últimos años.
Esto es debido a que la realidad virtual ofrece claras ventajas frente a la educación tradicional. Gracias a ella los alumnos son capaces de visitar países, ciudades, o tiempos pasados sin realizar ningún tipo de viaje. Del mismo modo, este tipo de aprendizaje inmersivo también permite desarrollar habilidades, competencias o valores al permitir la cercanía instantánea a distintas culturas y experiencias.
La creación de plataformas virtuales para el autoaprendizaje de manera online tuvo lugar a principios del siglo XXI y tuvo una expansión sorprendente en los años posteriores. Los MOOC o Massive Open Online Courses son el principal modelo de educación en este ámbito, y se diferencian del aprendizaje tradicional en el aula en la participación ilimitada de alumnos a sus cursos, la puesta a disposición de todos los materiales de forma online e instantánea al comienzo del curso, y métodos de evaluación más rápidos y sencillos.
Con la ayuda de la IA se están estableciendo programas de autoaprendizaje online que son capaces de generar preguntas de forma automática para evaluar al alumno, pudiendo evaluar del mismo modo las respuestas obtenidas.
En los años 80 Lego lanzó al mercado sus primeros kits de robótica bajo una submarca llamada Mindstorms como fruto de la colaboración con el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Desde entonces, se han desarrollado productos similares con el fin de fomentar el aprendizaje.
Cabe mencionar como ejemplo el uso de Robots en la educación como Nao, clasificado como “la mejor plataforma robótica para el ámbito educativo”. Se trata de un robot que posee las capacidades de impartir clases sobre cualquier materia de forma autónoma y preprogramada, y cuyo uso se ha extendido hasta el momento a más de 1.000 centros educativos en todo el mundo.
Las nuevas tecnologías en la educación contemplan la aparición de asistentes virtuales o agentes de software conversaciones inteligentes, más conocidos como chatbots, actuando como profesores o tutores en entornos virtuales. La IA también permitire albergar estos chatbots en robots físicos basados en deep learning y redes neuronales.
Además, algunas tecnologías de la IA, como el reconocimiento automático de habla o el procesamiento de lenguajes naturales, también han influido en el fomento y desarrollo de los sistemas de tutoría inteligente. En este sentido, encontramos el ejemplo de Duolingo, que emplea tutores virtuales para el aprendizaje de idiomas, corrigiendo los fallos de los estudiantes e influyendo directamente en su evolución.
En este caso la Inteligencia Artificial busca optimizar la formación a través del análisis de datos recogidos sobre el entorno de la educación, mejorando la participación de los estudiantes y aumentando el porcentaje de formaciones o cursos finalizados y cumplientados con éxito.
Plataformas como Coursera ya recurren a la IA para llevar a cabo estos exámenes de datos y encontrar los patrones que puedan ayudar a la identificación de qué programas académicos o cursos son efectivos y cuáles necesitan ser revisados.
Es indiscutible que las nuevas tecnologías aportan grandes beneficios al sector educativo. Permiten utilizar nuevos recursos de manera inmediata e incentivan el autoaprendizaje, incrementan la motivación y el desarrollo de habilidades y valores, y agilizan la comunicación; pero, ¿debemos estar alerta de la evolución de todos estos avances?, ¿existen riesgos al hacer uso de estas tecnologías?
En este caso, es conveniente hablar de puntos a controlar, más que de desventajas. Nos referimos a las cosas que el ser humano percibe que pierde cuando su vida se inunda de tecnología.
En cuanto a seres sociales, es importante que no permitamos el aislamiento que podría propiciar el uso de la tecnología. Ahora bien, las tecnologías también son las que nos permiten asistir a una reunión que tiene lugar en Nueva York de manera remota.
Se trata por lo tanto de aprovecharnos de las tecnologías, ya sea en la educación como en cualquier otro ámbito en nuestro beneficio: no dejemos que sean sustituto de otras acciones sino herramientas para ganar tiempo o capacidad técnica en combinación con otros métodos o alternativas.
En definitiva, las nuevas tecnologías en la educación deben servir a nuestro propósito educativo y de aprendizaje. Siendo al mismo tiempo capaces de, encontrar un equilibrio entre las ventajas que ofrecen, evitando los inconvenientes, y dejando la puerta abierta a toda la evolución e innovación que se pueda producir respecto a este sector en los próximos años.
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