Las empresas más exitosas trabajan con programas que parametrizan todo tipo de información para mejorar la eficacia laboral y los resultados económicos. Otro indicador muy importante es la productividad, que se define como la relación entre la cantidad de productos de un sistema de producción y los recursos usados para producir los mismos en cierto periodo de tiempo. La clave de la productividad media es minimizar el recurso más valioso, el tiempo. En resumen, a menos tiempo más efectivo es el sistema y la producción.
De ahí la importancia de medir el criterio de productividad media en un equipo. Lo primero que tenemos que entender es la importancia de trasladar todos los indicadores y usarlos de manera correcta. Un caso claro es para las empresas que realizan manufacturación, pero, ¿qué es más importante para ellas, la calidad o la cantidad? Hay tener claras nuestras prioridades como organización y responder a esas preguntas.
Al hablar de la gestión de personas, la productividad media es algo que se puede mejorar y cuantificar. Para ello se miden dos características, los logros conseguidos y la forma de conseguirlos. La calificación que mide estos dos aspectos se consigue mediante una mezcla de indicadores basados en una relación de tiempo y esfuerzo.
Hay que definir que es más importante, la calidad de nuestro criterio o la forma en llevar a cabo el proceso de ejecución de tareas. Muchas veces las mediciones varían en función del tamaño del equipo, no es lo mismo un grupo de 5 personas que otro de 20. En el primer grupo es probable que todas las personas participen en un porcentaje similar, mientras que en el equipo más grande los porcentajes serán diferentes, además de que puede haber personas que apenas colaboren en el proceso.
No podemos olvidar que la productividad individual debe contribuir a la mejora de la productividad total, por ello, es importante saber cuál es la razón por la que unas personas puedan tener niveles más bajos que otros. ¿Son las personas o el problema es el proceso? Para evitar incidentes en el proceso es clave determinar los pasos clave de la productividad.
Una vez conocemos los pasos para medir el proceso debemos definir la unidad de medida, al igual que otros factores como la clase de producto o servicio que ofrecemos y la competencia del mercado. Existen otros criterios como la dificultad de las tareas (repetitivas vs diversas o creativas), duración del proyecto, valor bruto o valor añadido, productividad o su índice de crecimiento. En resumen, es necesario aclarar estos valores para tener una medida exacta del valor de nuestro equipo.
Finalmente, debemos monitorizar a nuestros empleados o cualquier sujeto del estudio mediante técnicas de medición e indicadores usando herramientas informáticas que harán una frecuencia óptima de indicación y permitirá hacer comparaciones y extrapolar datos según los indicadores que marquemos. De esta forma, podremos acceder de forma fácil y visual a los datos y acceder a valores de calidad que nos valdrán como resultado final de la productividad de nuestro equipo.
En definitiva, la productividad media no es tan difícil de medir, pero se puede conseguir si sabemos lo que queremos, hacemos un estudio previo en base a nuestras necesidades y nos apoyamos en plataformas digitales como People Analytics que permite estudiar y analizar a nuestros empleados.
Y no se trata de espiar a nuestros trabajadores, sino de establecer información clave sobre ellos para saber qué tipo de usuarios son, cómo encajan en diferentes proyectos y equipos. En resumen, medir y por tanto, mejorar e incrementar la productividad media nos permite retener el talento, mejorar el ambiente y hacer felices a nuestros trabajadores.
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