Hoy en día, tanto en los negocios como en las entidades de gobierno o en la sociedad en general nos encontramos con sistemas basados en la confianza. Por eso, cada vez que necesitamos realizar una transacción importante, como puede ser mover grandes cantidades de dinero o comprar una propiedad, hacemos uso de un intermediario que nos valide y certifique este movimiento, lo que nos aporta la confianza que necesitamos.
Sin embargo, si trasladamos esto al mundo de la tecnología, se asume que todos los participantes que están sobre la red e interaccionan con ella son de confianza y, por tanto, que la información guardada es información veraz. Se está “confiando” en ellos, pero esto puede suponer una posible manipulación errónea de los datos si algún miembro viola esta confianza.
Esto puede solucionarse a través de la tecnología blockchain, la cual nos ofrece seguridad y confianza, pero ¿cómo lo consigue? A continuación lo vemos en detalle.
La tecnología blockchain ha llegado para cambiar esta realidad; es decir, para eliminar estos intermediarios de los que hablábamos y permitir que las transacciones puedan hacerse de punto a punto (peer to peer) con total seguridad y en una comunidad en la que no se necesita confianza entre entidades.
De esta manera, lo que permite la tecnología blockchain es eliminar los lentos y costosos procesos para comunicarse con estos intermediarios, pues la red se encargará de anotar y validar de manera casi automática las nuevas transacciones. De hecho, podemos decir que esta nueva definición de confianza es uno de los aspectos diferenciales de la tecnología.
La tecnología blockchain permite eliminar los intermediarios, hacer transacciones con total seguridad y anotarlas de manera automática para que quede correctamente registrado y sin posibilidad de alteraciones, pero ¿cómo? La respuesta es simple: gracias a su protocolo de consenso.
Como sabemos, la tecnología blockchain está formada por una serie de miembros que interactúan entre sí en una red. A estos miembros se les llama “nodos” y son los encargados de garantizar la fiabilidad de los datos almacenados y de proporcionar confianza unos a otros de manera recíproca.
La tecnología blockchain es una base de datos descentralizada donde cada nodo tiene una copia de la cadena de bloques. La cadena se va actualizando según van apareciendo nuevos bloques. Serán los propios nodos los que solicitarán ingresar información en ella y quedarán a la espera de que la red la valide mediante el protocolo de consenso, por lo que realiza así un registro descentralizado.
Por su parte, el consenso consiste en la aceptación de los nodos de la red de que la información que se va a almacenar es cierta, de que no ha sufrido manipulaciones y de que no hay datos erróneos. Después, y sólo si es verificado por la mayor parte de los nodos, la información pasa a formar parte de la cadena de bloques. A modo de auditoría, este acuerdo entre los nodos impide que alguien pueda mandar información manipulada a la tecnología blockchain.
Son muchos los beneficios que supone la tecnología blockchain. En primer lugar, el hecho de que se pueda prescindir de estos intermediarios permite que se ahorren costes. Además, al ser una red distribuida entre varios nodos independientes entre sí, aporta confianza y validez.
Sin embargo, la confianza solamente es una de las características de la tecnología blockchain, pero hay otras, como la transparencia, la inmutabilidad y la alta disponibilidad, las cuales la convierten en una de las tecnologías más punteras hoy en día y con un gran pronóstico de éxito de cara al futuro.
La existencia de ocasiones en las que la falta de confianza ha limitado la creación de valor lleva a pensar que la tecnología blockchain, como herramienta de verificación y transparencia, cambiará la forma de crear valor. Y es que la tecnología blockchain está aumentando la capacidad de cooperación y está permitiendo que surjan nuevas oportunidades de negocio en un mundo cada vez más conectado.
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