La industria de la automoción es fundamental para la economía española. En los últimos años, las tendencias de este sector han ido virando hacia el concepto de movilidad compartida y el desarrollo tecnológico. Ambos elementos son clave de cara a los cambios drásticos que espera el sector para 2030, y prometen revolucionar el parque automovilístico en los próximos años.
Si quieres saber más sobre movilidad compartida y las principales tendencias que van a definir los cambios que experimentará el sector de la automoción en menos de una década sigue leyendo y te lo contamos.
Bajo este nuevo paradigma se espera una reducción significativa del parque automotor. En total se calcula una disminución de un 25% (de 280 millones a 200 millones) de las unidades que estarán en circulación en 2030 con respecto a las que hay hoy en día en Europa. Por su parte, en Estados Unidos se calcula que esta caída será de un 22% (de 270 a 212 millones) de los coches en circulación.
Asimismo, este cambio está siendo y seguirá siendo acarreado por una profunda transformación a partir de la electrificación del parque móvil, que se alimentará de fuentes de energía renovables.
Se estima que el 95% de los coches nuevos que se matriculen en 2030 serán coches eléctricos (55%) o híbridos (40%). Esto marca una clara tendencia hacia la erradicación de las emisiones y de los residuos, así como una disminución considerable de los accidentes y de las infracciones.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el cambio será progresivo, ya que para esa fecha se espera que el stock de vehículos de combustión ronde en el 80%.
Otro pilar importante de la transformación será la autonomía que se busca lograr en los coches del futuro. Ya se está trabajando en vehículos con nivel 4 y 5 de automatización, siendo este último el de la conducción totalmente autónoma.
En este tipo de vehículos no es necesario que el conductor esté atento a la conducción. Aunque se calcula que este proceso será más lento de lo que podría parecer en un principio, ya que se estima que para 2030 se espera que en torno al 85-90% de los coches todavía serán conducidos por personas.
En este sentido, los niveles de autonomía para la conducción se pueden catalogar de la siguiente forma:
Los coches no cuentan con ninguna automatización de la conducción por lo que el conductor realiza todas las tareas que engloba la conducción.
Los vehículos que se incluyen en este nivel tienen asistentes a la conducción que pueden controlar el movimiento lateral o longitudinal, nunca los dos a la vez.
Un ejemplo de este nivel es el programador de velocidad activo.
Los vehículos que cuentan con este nivel de automatización pueden controlar el movimiento lateral y también el longitudinal. Independientemente de ello, en este nivel el conductor sigue siendo el único responsable de la conducción, ya que estos asistentes tienen limitaciones a la hora de ejecutar una respuesta ante la detección de obstáculos imprevistos.
Un ejemplo en este caso sería un coche con un sistema de mantenimiento en el centro del carril trabajando junto a un programador de velocidad activo.
A partir de este nivel el conductor no necesita supervisar la conducción, pero sí ha de estar alerta e intervenir cuando el sistema lo requiera ante una situación de riesgo.
Un ejemplo de esto sería cuando el sistema demanda la intervención del conductor al detectar algún fallo en su funcionamiento o cuando los límites de su ámbito de actuación son sobrepasados por limitaciones geográficas o por obstáculos que aparezcan en el trayecto, como puede ser una obra, una calle inundada, etc.
En este nivel, el sistema ya está preparado para actuar ante una situación imprevista de peligro. No obstante, el sistema de conducción automatizada de los vehículos de nivel 4 también tiene un ámbito de funcionamiento limitado.
Lo que lo diferencia del nivel anterior es que el sistema puede retrasar su desconexión si lo considera necesario. Otra diferencia la encontramos en el tiempo que da el coche al conductor para que retome la conducción, el cual es de segundos en el nivel 3 pero de minutos en el nivel 4. Además, en el caso de que el conductor no reaccione a tiempo, el vehículo cuenta con la capacidad necesaria para detenerse en una zona segura.
El ADS (Automated Driving System) tiene un ámbito de funcionamiento que comprende todas las condiciones y lugares por los que podría circular un conductor humano. Esto quiere decir que para el ADS no existen limitaciones geográficas o climatológicas y, por tanto, que el vehículo puede prescindir de un conductor y de elementos como el volante o los pedales.
Son muchas las tecnologías que cumplirán un papel clave en la automatización de los vehículos. Un buen ejemplo lo encontramos en la tecnología Blockchain, que puede llegar a ser clave en la revolución de la automatización de los vehículos en los próximos años.
Otras de las tendencias que está experimentando el sector automovilístico es la de la movilidad compartida, también conocida como transporte compartido. Esta tendencia conllevará un giro de 180 grados en los próximos años, ya que el uso del vehículo en lugar de su propiedad está tomando cada vez mayor importancia.
Es evidente que, bajo este punto, todavía quedan por definir muchos aspectos desde el punto de vista regulatorio. No obstante, una vez que esto se termine de definir, los kilómetros de movilidad compartida crecerán de forma sustancial. De hecho, se calcula que para 2030 se pase del 1% actual a un 35% en Europa, un 34% en Estados Unidos y hasta un 46% en China.
A partir de este nuevo concepto de movilidad compartida, los coches serán utilizados de forma mucho más intensiva que en la actualidad. En consecuencia, la cantidad de kilómetros recorridos al año por cada coche crecerá de forma significativa, lo que también conlleva la necesidad de que sean sustituidos con una frecuencia mucho mayor. Esto aumentará de forma sustancial el número de matriculaciones, al mismo tiempo que se reducirán los stocks disponibles al disminuir su vida útil.
Como consecuencia de la movilidad compartida y la mayor sustitución de los vehículos, se desprende otra de las tendencias que está experimentando el mercado: actualizaciones anuales de los modelos de su porfolio de productos para incorporar los últimos desarrollos (tanto a nivel de hardware como de software).
Hoy en día la actualización promedio varía entre los 5 y los 8 años. Sin embargo, para 2030, se calcula que esta actualización se realice de forma anual en la mayoría de marcas.
Por último, junto a la movilidad compartida y las demás tendencias ya mencionadas, la conectividad pasará a ser otra de las claves que definirán el sector de la automoción en los próximos años.
La conectividad está pasando a cumplir un rol fundamental en todos los coches. En concreto, se está trabajando en tres ámbitos bien definidos:
Esto permitirá trabajar, navegar por internet y tener acceso a todo tipo de servicios multimedia durante los trayectos. Se estima que para 2030 el 70% de los coches de Europa y Estados Unidos están conectados, y esta cifra se eleva hasta el 100% en el caso de China.
El sector de la automoción está cambiando y será completamente diferente al actual para 2030. Las principales tendencias que modificarán el sector son las siguientes:
Todas estas tendencias serán posibles gracias a la investigación y al uso de tecnologías de vanguardia aplicadas al sector de la automoción.
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