Programas informáticos y aplicaciones que aprenden a través de la interacción con usuarios, bots que recopilan información de los consumidores, sistemas de inteligencia artificial que ayudan en la búsqueda de personal o robots que escriben noticias. Son algunos de los escenarios que serán realidad en un corto periodo. Y es que el avance imparable de la transformación digital está arrastrando cambios en las políticas de la planificación empresarial y en los códigos y formas de construcción de las organizaciones.
Si hace unos años los modelos y metodologías de enterprise architecture / arquitectura empresarial comenzaban a apuntar al desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación hoy en día la relevancia es evidente.
La digitalización está provocando importantes cambios en la sociedad y en el mundo empresarial y la irrupción de la transformación digital no sólo ha modificado la forma de consumo, sino la forma en que se crean las empresas y toda la interacción con los usuarios, sean clientes, empleados o participantes de cualquier tipo.
Gracias a una confluencia de factores como son la demanda de información, el aumento y abaratamiento de dispositivos inteligentes y la aparición de nuevas y asequibles tecnologías (IA, Big Data, IoT), se ha generado un ecosistema empresarial altamente favorable al lanzamiento de nuevos productos y modelos de negocio. Junto al aumento de la eficiencia en las compañías, y por tanto, de su crecimiento económico, ha surgido todo un nuevo modelo de arquitectura empresarial.
Una parte importante de las compañías están embarcadas en este proceso de transformación digital y no cabe duda de que el resto de ellas las seguirán dentro de poco. Pero a inicios de este 2018 en España aún quedan algunas compañías que todavía no han dado el salto real a lo digital y eso, a pesar de que casi la totalidad del colectivo empresarial ya se ha decantado de alguna que otra forma por la digitalización.
Las ventajas que ofrece la digitalización son muchas y frecuentemente señaladas, desde la reducción de los costes, optimización de servicios y productos, mejor posicionamiento en el mercado, agilización de procesos y retención del talento, entre otros. Pero para que las empresas del siglo XXI puedan aprovecharlas deben incorporar un sistema de arquitectura empresarial moderno y acorde a los nuevos tiempos. Este es el punto de partida.
Es importante utilizar modelos de enterprise architecture actuales y no anclados en el pasado. Y es que la forma de incorporar la digitalización ha cambiado tanto en la última década que ha sido necesario modificar la forma en la que se articulan las compañías.
Mirando atrás observamos que el despegue de la digitalización fue a comienzos del XXI gracias a la incorporación de las nuevas tecnologías en el modelo de la sociedad actual. Esta incorporación digital fue tan constante y rápida que el modelo tecnológico cambió por completo la forma diseñar las compañías. La pregunta que ha rondado las organizaciones no es cuándo van a saltar (el salto ha estado fuera de duda), sino cómo lo van a hacer. Y es que el objetivo nunca debe ser la transformación digital en sí, sino la evolución del negocio usando capacidades digitales para cambiar la compañía tradicional en una organización de alto rendimiento dentro de la nueva economía digital.
Muchas empresas llevadas por la moda de transformación digital la han adoptado de forma frívola sin profundizar en los beneficios y sin sacarle todo el rendimiento ni aprovechar todas sus ventajas. Y es que la clave de la transformación digital no es saber usarla, sino adoptarla de la mejor forma posible para cambiar nuestro negocio, para mejorar nuestra eficiencia y obtener mejores resultados.
Para analizar el cambio en los últimos diez años, tomemos el modelo de crecimiento e implantación del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Este contemplaba procesos de datos largos, complejos y unificados como los roll outs o los famosos global template. Este modelo hoy en día se sigue usando, pero en dos dimensiones diferentes, como veremos más adelante.
En el año 2005 las empresas buscaban mejorar su crecimiento con una optimización de ingeniería de procesos de la compañía. El modelo conocido como enterprise architecture / arquitectura empresarial buscaba posiciones en modelos de crecimiento homogéneos, integrando procesos y datos en medianas y grandes compañías.
Aunque la idea del crecimiento en las empresas sigue siendo la misma, la principal diferencia es que ahora se plantean dos formas de llevarlo a cabo:
Aquellas organizaciones que sean capaces de unificar estas dos líneas y que además consideren el dato como un activo estratégico, conseguirán ser compañías innovadoras, de alto rendimiento, con gran experiencia en los clientes, modulares y ágiles y tendrán grandes posibilidades de triunfar en un modelo empresarial tan competitivo, cambiante y digital como el actual.
En el modelo de negocio actual el cliente es el principal protagonista, partiendo de ello las empresas deben promover y mejorar las relaciones con sus consumidores.
La transformación digital ha traído la incorporación de herramientas de medición y análisis de la experiencia de los usuarios. Asumiendo esta incorporación, las organizaciones son capaces de mejorar sus servicios y productos y se adaptan a un consumo muy exigente, ganándose su confianza y revirtiendo esta mejora en la cuenta de resultados.
La diferencia entre hace diez años y ahora, es que mientras en el pasado las compañías se preguntaban cómo ordenar sus ecosistemas empresariales mediante unos fundamentos únicos y la creación de estándares para construir sus modelos de negocio, hoy en día es más importante centrarse en la experiencia del cliente mejorando el compromiso y satisfacción con los servicios/productos a la vez que se minimizan los costes operativos.
Las organizaciones asumen que deben considerar cliente a todos los miembros de la cadena de valor, eso amplía el concepto de “cliente”, cualquier miembro de la cadena de venta debe participar de la transformación digital.
El objetivo de los dos modelos planteados por el MIT es mejorar la visibilidad de valor aportado por la transformación digital al negocio. El contraste entre ambos modelos es la forma de conseguirlo, mientras que en 2005 los esfuerzos de las empresas se centraban en la forma de crear los modelos de negocio y los procesos de ingeniería empresarial en el modelo actual pesa más centrarse en el cliente y mejorar la relación con los consumidores.
Sin embargo, el punto en común de ambos es incrementar el valor de la compañía mediante el uso de aplicaciones digitales. El objetivo de las compañías es crear ventajas competitivas en base a su oferta de productos y servicios apoyándose en el uso de las nuevas tecnologías aportadas por la aparición de la digitalización. En este sentido, la digitalización y la transformación necesaria y continua en el tiempo es la base de ambos modelos.
La transformación digital no excluye a ninguna compañía ni organización, cualquiera se puede beneficiar de su adopción. Las empresas que tengan claro lo que quieren y sepan adoptar el modelo digital son las que reinarán en esta época dominada por las nuevas tecnologías.
Otro punto positivo de la digitalización es que permite hacer las cosas de forma diferente, pero a mejor. Numerosas empresas han visto como su oferta de valor va creciendo a la par que han optimizado procesos, incluso nuevos productos han nacido en el camino de la digitalización. Por ejemplo, empresas como Lego, Zara y Affinity han conseguido usar la digitalización para la optimización de procesos, mejorar la cultura digital y conseguir nuevos modelos de negocio, entre otras cosas. En resumen, la transformación digital ha permitido sacar lo mejor de las empresas e incorporarlo en esta época digital o incluso el surgimiento de nuevas oportunidades a organizaciones empresariales relativamente nuevas como Airbnb o Amazon, entre otras.
En todo caso, nunca es tarde para incorporarse a esta revolución digital. Las empresas no necesitan ser expertas en transformación digital, lo único que se necesita es adquirir capacidades digitales que permita a las organizaciones ser más ágiles, accesibles y mejorar la experiencia de usuario de sus clientes. De esta forma, todos los componentes y empleados pueden prestar un mejor servicio a sus consumidores y mejorar su cuenta de resultados gracias a un mejor servicio de los productos.
Por último y no por ello menos importante, antes las empresas definían su producto y lo colocaban al número máximo de clientes posibles (café para todos); ahora por el contrario cada cliente es único y la empresa debe adaptar (customizar) su producto para cada tipo de cliente. Esto algunas empresas lo representaban con un triángulo equilátero invertido donde en el lado superior son los diferentes clientes y en el vértice inferior es el producto que debo ofrecer.
En resumen, la digitalización permite realizar nuevos servicios sin la necesidad de adoptar costosas tecnologías ni perder excesivo tiempo en su aprendizaje. Además, los expertos indican que en breve se incorporarán otras tecnologías (IA, Big Data, blockchain o cadena de bloques) que desbancarán a las actuales. La única forma de sobrevivir en el mercado actual es la incorporación y adaptación de las ventajas competitivas que ofrece la transformación digital, adaptar la cultura empresarial y realizar pequeños cambios para iniciar el camino cuanto antes.
Álvaro Ortín - CEO Enzyme Advising Group
Creamos nuevos productos y servicios superiores hibridando la tecnología con los modelos de negocio
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