¿En algún momento te has preguntado qué es cultura empresarial y qué impacto tiene en tu organización? Es una pregunta muy necesaria. La cultura de la organización es el ADN de la misma, es lo que la diferencia del resto y lo que les hace sentir a los empleados que están en el mejor sitio posible.
El término cultura empresarial hace referencia a cómo se hacen las cosas en nuestra organización. Con “cosas” me refiero no solo a la manera en la que nuestros equipos trabajan, sino también a sus hábitos y actitudes.
En este sentido, la cultura organizacional tiene que ver con comportamientos tan básicos como la forma de hablar e interactuar del personal, hasta con aquellos más profundos como el modo en que este afronta los retos o busca soluciones. Básicamente, la cultura es todo lo que hacemos día a día desde que entramos hasta que salimos de la empresa.
Una cultura sólida es aquella que ha alineado el propósito, los valores y la visión de los empleados con los de la organización. Para lograr esta alineación debemos trabajar principalmente en fomentar el compromiso, ya que una persona comprometida desarrolla de manera natural una identificación entre su propósito, valores y visión con los de la compañía.
Desatender el compromiso puede causarnos un desequilibrio organizacional a nivel interno bastante importante, ya que eso permitiría el desapego y la incongruencia entre lo que hacen los empleados y lo que necesita realmente nuestra empresa. De aquí la importancia de comprender lo que es cultura empresarial y el cómo gestionarla.
El proceso de la cultura organizacional suele darse tanto de manera natural entre los empleados como de forma controlada por parte de los directivos.
Cuando una persona se incorpora al equipo, comienza a observar las dinámicas del resto de los empleados, cómo se relacionan y cómo interactúan entre ellos. Así, de modo consciente o inconsciente, empieza a imitar dichas actitudes poco a poco hasta lograr ser “abducida” al 100% por la cultura de sus compañeros.
Aunque, en muchos casos, el nuevo empleado trae consigo cambios interesantes por aportar a nuestra cultura, convirtiéndose este en un punto de contagio ante el resto de empleados. Para que esto ocurra, dichos cambios deben ser funcionales, útiles y agradables.
Por otro lado, si se trata de un nuevo directivo que entra en nuestra organización, este puede observar la cultura empresarial existente y comenzar a aportar cambios positivos en ella. Dichos cambios se filtran poco a poco hacia abajo hasta hacer impronta en todos los departamentos.
Una de las cosas más importantes que debemos entender sobre lo que es cultura empresarial es que esta actúa como una fuerza capaz de atraer y rechazar talento. Es decir, atrae a aquellas personas que se sienten en sintonía con el ADN de la compañía, pero rechaza a las que no lo hacen.
Entonces, de cierta manera, podemos decir que la cultura organizacional es capaz de autoprotegerse. Sin embargo, las empresas deben mantener una vigilancia permanente sobre su cultura, pues cualquier minúsculo mal hábito puede propagarse rápidamente.
El CEO debe ser la cabeza en la gestión de la cultura empresarial, pero para poder serlo de manera eficaz y eficiente, este debe “salirse” de la dinámica organizacional y observar todo desde afuera. Esto le permite tener un panorama objetivo de lo que está sucediendo en su empresa.
Desde allí, el CEO ha de cumplir con lo siguiente:
Uno de los grandes ejemplos de cómo un CEO debe gestionar la cultura organizacional desde “afuera” es el de Bill Gates. Este, mientras fue el CEO de Microsoft, fomentó una cultura de filantropía dentro de su organización la cual tuvo como resultado que sus empleados terminasen donando la cantidad de 2,5 mil millones de dólares a distintas ONG.
En dicha cifra no se cuentan las donaciones hechas por el mismo Bill Gates, el cual, como sabemos, es uno de los mayores filántropos del mundo. Lo cual le permitió fomentar esa cultura filantrópica con su ejemplo.
Al observar desde su posición lo que es cultura empresarial en la práctica, el CEO se dará cuenta de que es mejor alinear en vez de transformar. Aunque ello implique distintos niveles de esfuerzos según el tamaño de la empresa.
La digitalización, la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías forman una gran ola que ha acabado con muchos procesos convencionales, pero que también ofrece nuevos métodos de hacer las cosas. Métodos que, en muchos casos, prescinden de la mano de obra humana gracias a la automatización.
Hoy en día, en casi todas las empresas estamos en una carrera constante por innovar cada vez más nuestros procesos a través de la tecnología. Es una necesidad evidente y absoluta que nuestras tareas deben ser sofisticadas.
Sin embargo, las relaciones son y seguirán siendo humanas. Por tanto, siempre existirá cultura organizacional, pues una empresa es un reflejo de cómo son sus relaciones, no de cómo son sus procesos.
En Enzyme Advising Group conocemos a profundidad qué es cultura empresarial y cuál es la manera correcta de gestionarla ante el tsunami tecnológico. Somos especialistas en el uso de la inteligencia artificial como una tecnología aliada para fomentar la cultura organizacional y potenciar la gestión de Recursos Humanos.
Esto es posible debido a que somos capaces de desarrollar un panorama objetivo desde afuera de la organización. Además, nuestro mayor enfoque es lograr el bienestar de las personas en las distintas empresas para que estas puedan tomar mejores decisiones y trabajar de manera cómoda.
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