Un 67 % de las empresas fracasan en la ejecución de su plan estratégico. Normalmente, esto se atribuye a una falta de participación o incluso de compromiso por parte de los integrantes de la empresa o a una falta de liderazgo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la realidad es que se debe a una falta de alineación dentro de la compañía: los empleados no tienen claras sus funciones, no están de acuerdo con lo que hacen o con el porqué de lo que hacen.
En este artículo veremos cómo evitar este obstáculo para la empresa y cómo conseguir un alineamiento estratégico exitoso.
La alineación estratégica de la empresa significa, según Harvard, que todos los elementos de un negocio, incluida la estrategia de mercado y la forma en que está estructurada la empresa, estén organizados de forma que respalden, de la mejor manera posible, el cumplimiento del propósito a largo plazo de la empresa.
Estos conceptos se ven ilustrados en la cadena de valor a continuación:
La alineación estratégica de la empresa en general es fundamental para garantizar que todos sus miembros comprendan los objetivos finales, enfoques y estrategias que se utilizan para lograrlos. Además, la gestión del talento humano, el tipo de metodología utilizada, el tipo de tecnología y las herramientas requieren de una alineación clara. Según un estudio realizado por LSA Global, una empresa consultora especializada en el área de alineación corporativa, las compañías que están altamente alineadas aumentan sus ingresos en un 58% y son un 72% más rentables, superando significativamente a sus competidores.
Con el objetivo de identificar una falta de alineación en la empresa, analizaremos la cadena de valor propuesta por Harvard en el apartado anterior para detectar la desalineación, en el caso de que existiese.
Se puede realizar una prueba simple para iniciar un análisis sobre la estrategia y la eficacia organizacional de la empresa. Para eso, se debe considerar a la compañía en su totalidad o enfocarse en algún elemento de esta que tenga especial relevancia estratégica, como, por ejemplo, una área con gran potencial de crecimiento de la cual dependa el éxito de la empresa en general. La prueba consiste en plantear el siguiente par de preguntas:
El propósito de la empresa es una de las pocas áreas que perdura en el tiempo de manera inalterada y que marca el camino de las acciones a tomar. La estrategia corporativa siempre estará orientada hacia la consecución de este propósito, y determinará qué productos y servicios ofrecer, qué mercados atender y cómo la empresa debe diferenciarse mejor de sus rivales para obtener una ventaja competitiva. Para responder a la pregunta planteada, usaremos una escala del 1 al 100. En el caso de que no sepamos contestar, ya sea por dudas sobre la estrategia corporativa o sobre el propósito de la empresa, eso indicará una respuesta negativa.
Cuando hablamos de capacidad organizativa, nos referimos a los sistemas de gestión y perfiles que existen dentro de la empresa, es decir, la calidad del personal. Por ejemplo, si la empresa tiene como prioridad estratégica la innovación, es importante que la estructura organizativa y los sistemas de gestión permitan la colaboración creativa entre estamentos y la toma de riesgos. Es importante que, para que la capacidad organizativa de la empresa ayude a la consecución de la estrategia comercial, las personas, la cultura y los procesos de la empresa se adapten a los cambios estratégicos que se vayan dando a lo largo del tiempo. Para esta pregunta utilizaremos también una escala del 1 al 100. Si la empresa es incapaz de llevar a cabo su estrategia, indicará que la respuesta será negativa.
Harvard proporciona la siguiente matriz para representar las respuestas a las dos preguntas anteriores. Dependiendo del cuadrante en el que se encuentre la empresa, deberá hacer frente a diferentes retos organizativos.
Las empresas que se encuentran en este cuadrante cuentan una estrategia clara y definida enfocada a la consecución de su propósito, pero son incapaces de implementarla debido a una falta de capacidad organizativa.
Solución: En este caso, la empresa deberá revisar su estructura organizacional e identificar qué competencias institucionales necesitan desarrollar o mejorar. Pero, sin duda, lo más importante será colocar a las personas con las habilidades y capacidades adecuadas en los trabajos adecuados y los mejores empleados en los roles más críticos. Si es necesario, se llevará a cabo una estrategia de contratación agresiva que busque incorporar los mejores perfiles profesionales que permitan mejorar la capacidad organizativa de la empresa.
Estas empresas cuentan con un gran equipo y cultura organizacional que dan impulso a la estrategia corporativa, pero falta un propósito general coherente que guíe la estrategia en la dirección correcta.
Solución: En este caso, la empresa debe aprovechar la calidad de su plantilla y es necesario empezar por establecer y definir claramente el propósito, los objetivos y el plan estratégico. Además, otros conceptos como la propuesta de valor de la empresa y el segmento de clientes al cual se dirige deben estar exentos de duda, ya que la eficacia con la que las diferentes áreas pueden producir un trabajo de calidad alineado con los objetivos principales y el propósito general dependerá, en gran medida, de la alineación con lo que venden, a quién y por qué.
Las empresas que se encuentran en este cuadrante están en una situación crítica y de caos en la cual su plan estratégico es incapaz de ayudar a la consecución del propósito general porque no existe; y aunque existiese una estrategia corporativa clara, la organización sería incapaz de llevarla a cabo.
Solución: En este caso, deberán combinarse las soluciones propuestas para los dos casos mencionados anteriormente: un cambio en la estructura organizacional y revolucionar la plantilla realizando contrataciones de mejores perfiles profesionales, así como el despido de aquellos perfiles que no aporten valor. Además, se deberá llevar a cabo un proceso de ideación del plan estratégico y de los objetivos generales que permitan tener una dirección clara en la cual avanzar.
El lograr una organización que esté bien alineada, especialmente en los estamentos directivos, tendrá como consecuencia positiva los siguientes aspectos:
Son varios los componentes que favorecen a la alineación interna de una empresa: no es solamente una cuestión de tener un equipo competente, sino también de contar con una estrategia definida, unos sistemas sólidos y una arquitectura organizacional adecuada que respalden el propósito general de la empresa. Una vez todo eso esté en línea, la empresa podrá realizar un proceso de alineación con éxito que la impulsará hacia un muy probable incremento de sus ingresos y rentabilidad.
En Enzyme nos dedicamos a acompañar a nuestros clientes a diseñar y mejorar sus planes estratégicos para que puedan alcanzar todos sus objetivos comerciales y materializar su propósito. Contáctanos si quieres obtener más información sobre cómo podemos ayudarte.
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